Los mochis son una de esas cosas de la vida que la primera vez que las pruebes seguramente no te gusten nada. La textura que tienen es algo a lo que no estamos acostumbrados, y el sabor nos resulta extraño comparado con los postres extremadamente dulces que solemos comer aquí. Son un postre típico de Japón y se rellenan de cosas variadas, aunque el más conocido es el relleno de anko, una pasta de judias adzuki y azúcar.
Os propongo una versión más occidentalizada basada en la que me pasó una amiga japonesa 😉
- 150 gramos de harina de arroz glutinoso
- 5 gramos de cacao desamargado en polvo
- 50 gramos de sirope de agave
- 350 ml de agua mineral
- Maizena para espolvorear la mesa
- Mantequilla de cacahuete sin azúcar
En un bol apto para microondas, se mezcla bien el polvo de arroz glutinoso, el cacao, el sirope y agua mineral. Tapamos el bol con un papel film y lo calentamos en el microondas a temperatura maxima durante 1-2 minutos. Con cuidado removemos la mezcla y volvemos a calentar otro minuto, repitiendo esto tres veces.
Retiramos el plástico con cuidado de no quemarnos con el vapor y removemos la masa con una espátula de madera, separandola de los bordes, hasta que empiece a ponerse transparente.
En un bol más grande ponemos un poco de maizena y ponemos la pasta de mochi dentro. Espolvoreamos más maizena por encima y dejamos enfriar un poco.
Hacemos bolitas del tamaño de una pelota de golf y las estiramos con las manos para que queden planas, con unos 4 mm de grosor. Nos ponemos la oblea en la mano, ponemos en el centro una cucharadita de mantequilla de cacahuete y la envolvemos con la masa para que quede redondeado. Ponemos los mochis en un plato con la junta de la masa hacia abajo. Espolvoreamos con un poco más de cacao en polvo por encima y ya estarán listos para comer.