Ésta receta es una apuesta segura, y además la podéis personalizar muy fácilmente según vuestros gustos. En éste caso como habíamos preparado un zumo de zanahoria para hacer una carrot cake y nos había sobrado pulpa, la hemos aprovechado para preparar ésta quiche.
Para la masa quebrada:
-dos tazas de harina
-una pizca de sal y de pimienta
-1/4 taza de aceite de oliva
-1/4 taza agua
Para la quiche:
– una cebolla pequeña
-dos dientes de ajo
-un puerro
-dos zanahorias
-medio calabacín
-4 champiñones
-dos cucharadas de harina
-una taza de leche vegetal sin azúcar
Empezamos preparando la masa quebrada. Ponemos la harina en un cuenco grande y le añadimos la sal y la pimienta. Mezclamos bien y hacemos un agujero en el medio para que quede como un volcán. Añadimos el aceite y el agua y mezclamos bien con la ayuda de una cuchara de madera o de una lengua de cocina. Una vez esté todo bien mezclado enharinamos una superficie de cocina y amasamos con las manos hasta que nos quede una masa bien compactita y podamos hacer una bola con ella. La tapamos con papel film y la dejamos en la nevera un par de horas.
En una sartén grande antiadherente ponemos un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente ponemos la cebolla picada bien finita y cuando esté transparente añadimos el ajo y el puerro. Doramos todo junto y añadimos las demás verduras bien picadas (podéis cambiar o añadir verduras a vuestro gusto). Salpimentamos y dejamos que se cocine todo bien.
Cuando las verduras estén bien cocidas añadimos las dos cucharadas de harina. Removemos bien con la ayuda de una espátula o cuchara de madera para que la harina se cocine y añadimos poco a poco la leche vegetal a temperatura ambiente. Vamos removiendo y añadiendo leche hasta que nos quede una masa bastante espesa.
Sacamos la masa quebrada de la nevera y la dejamos 5 minutos a temperatura ambiente. Enharinamos la encimera de la cocina y con la ayuda de un rodillo de cocina la vamos estirando hasta que nos quede con unos 3mm de grosor. La ponemos encima de un molde para horno y pinchamos el fondo con un tenedor.
Ponemos la mezcla de verduras dentro del molde (si queréis podéis ponerle queso vegano por encima) y lo horneamos todo a 180º hasta que veamos que la masa está bien dorada. Dejamos reposar la quiche para que se compacte.